No es ni temotamente tan absorbente como 'A dos metros bajo tierra', pero Alan Ball vuelve a ofrecer otra serie atípica y sumamente interesante. Las travesuras vampíricas, eso sí, no son lo realmente importante aquí, que nadie piense que se trata de un producto más de terror. La presencia de no-muertos es sólo un McGuffin hitchcockiano, una excusa argumental atractiva para poder exponer cuestiones como la discriminación racial, la hipocresía, el fanatismo religioso o la homosexualidad. Y qué se puede decir de los títulos de crédito iniciales... Sin duda alguna, uno de los mejores openings de la historia de la televisión.
lunes, 25 de mayo de 2009
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1 comentario:
Si no hubiera tante exhuberancia de series, creo que le echaría un vistazo. Esperaremos a algun futuro indeterminado.
Saludos
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